martes, 7 de julio de 2009

OPERACION BIQUINI


¿Qué pasa con el glamour que derrochaba Shun en cada aparición pública? El peliverde hijo de los Rufianes nos tenía acostumbrados a gastarse el dinero en ropas de marcas, en horas y horas perdidas en la peluquería cuidándose su preciada melena, en sesiones de spa y masajes, en su personal trainer y su shop assistant, en sus cremas antiedad, antiojeras, antiacné, anticelulitis, antipuntosnegros, limpiadoras, tonificantes… y un sin fin más de complementos que le ayudaban a mimar y cuidar su aspecto.
Atrás queda tal superficial despilfarro de fortuna. Últimamente hemos sido testigos de su gran deterioro físico –en cierto modo comprensible por todo lo que ha pasado en su familia-, hecho que se ha agravado desde que dio con el paradero de su verdadero amor. Y es que no a todo el mundo parece que el amor le sienta igual de bien.
El caso es que siendo Ikki el panadero de una de las pastelerías más ricas del barrio, Shun se ofrece todos los días para ir a comprar el pan, el postre y lo que haga falta, con la intención de declararle su ferviente pasión. Pero una vez que se ve frente a su amado es incapaz de articular palabra alguna y le entran inmediatamente el pánico y los sudores. ¿Y si le rechaza? ¿Y si ya está comprometido con una rubia de 1,80 de estatura y unas tetas descomunales?
Una vez que llega el momento del tembleque, el ojito derecho de Conchi decide que lo mejor es pedir cuarto y mitad de chocolate e irse a su casa a matar las penas a pajas, esto… a base de dulces ricos en grasas. Y así un día y otro también, mientras los michelines van en aumento. No sabemos cuando se atreverá a dar el gran paso, pero lo cierto es que este año la operación bikini se le ha ido de las manos.

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