FELIZ NAVIDAD¡¡¡¡¡

En fechas navideñas el equipo que trabaja tras las cámaras se ha tomado un merecido descanso. Mientras duran estas fiestas la dirección ruega que perdonen las molestias de no emisión. Para todos aquellos que se han convertido en seguidores de la saga Rufianes, decir que no desesperen que pronto volverán a la pantalla cibernética. Mientras, felicitar las fiestas y desear que todos tengáis una feliz entrada de año en el 2008.
También comunicar que a cambio, se ha colgado en www.notodofilmfest.com un corto de los mismos directivos de la serie y que también les puede gustar. Lo pueden buscar en el buscador de películas de la página con el título de PISTOLABIS. Se agradece que todo aquel que pueda lo descargue y si quieren, también pueden dejar una opinión sobre lo que les ha parecido el corto, para así tenerlo en cuenta en próximos trabajos.
Muchas gracias a todos los que apoyáis la causa. Y de nuevo Feliz 2008¡¡¡¡¡¡

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Dentro de poco saciaréis vuestro apetito.

ESE GRAN DESCONOCIDO

¿Quién se esconde tras esa capa de humo? Desde el primer capítulo es todo un enigma. No podemos saber, tan siquiera, si es un hijo más de la familia, algún cámara, un becario explotado que también hace de figurante... Buscando información sobre él no se encuentra nada en todo internet y los productores de la serie, cuando les preguntamos, no desvelan su identidad ni su procedencia. Dicen no saber de qué hablamos.

Todas las hipótesis apuntan a que es un gancho para cuando la serie decaiga, una ráfaga de viento destape el rostro que se encuentra tras la fumata y suban los picos de audiencia.

Lo único que sabemos es que aparece de vez en cuando, oculto tras una capa espesa de humo de María siendo incapaz de mantener una conversación coherente. Seguramente debido a su estado.

¿Será el asesino de Kennedy quien se oculta tras el humo? ¿Será Carmen San Diego? ¿Será Elvis Presley que aún sigue vivo? ¿Será Mare de Castro? ¿O tal vez Wally?

Cualquier dato nuevo que se tenga sobre este ser enigmático lo haremos saber lo más rapido posible. Mientras se aceptan nuevas hipótesis sobre su identidad. Preguntar por Scally.

VANEXA, EL CAMBIO DESCARADO

Choni, poligonera, gamonalera, merdellona, chandalera, kinki... según el sitio se las conoce de diferentes modos pero siempre describen un mismo tipo de chica. Vanexa entró a la serie en temporadas más avanzadas en sustitución de la verdadera hija de los Rufianes que era un tanto sosa, al estilo de Lisa Simpsons, y que no cuadraba con el gusto español. Los productores pensaron que meter a una chica ligera... de cascos subiría la audencia. Y tanto que lo hizo, a pesar de que el cambio fuera tan descarado como el de la madre en el Príncipe de Bel-air donde cambiaban a la madre negro tizón por una café con leche. En este caso fue al contrario.

Vanexa abandonó su ciudad natal, Parla, a temprana edad para ganarse la vida en la capital. Sus comienzos no fueron tan fáciles como ella creía teniendo que recurrir a variopintos trabajos manuales para sacarse unas perrillas para sobrevivir. Veáse la instantánea junto al texto que corresponde con aquella época.

Aficionada al tunning, a las raves y a vestir con ropa tres tallas menos que ella -usa una talla xxxxs que sólo encuentra en tiedas especializadas de Lavapiés- un día se cruzó con ella el cine. Quedó segunda en el casting para protagonizar "Yo soy la Juani" y desde aquel día se la tiene jurada a Verónica Echegui. No le ocurre lo mismo con Drew Barrimore o Britney Spears, sobre todo en su época de calva, a quienes tiene absolutamente idolatrizadas.

Desde que ha entrado en la serie dedica su tiempo libre a hacer visitas furtivas a los despachos de los productores cuando a éstos les aprieta el estrés, pero a pesar de ser más guarra que el agua de fregar se ha especializado en el arte del francés ya que es tan estrecha de caderas que no le da ni para ponerse un tampax. Para todo aquellos que quieran, hay rumores que afirman que se pueden comprar sus encantos junto al de otras famosas en algunos locales especializados. Sólo hace falta preguntar por V. R.

SHUN, PERSIGUIENDO UN MITO

Antes se llamaba Manolo Fernández hasta que se cambió el nombre por el de Shun. Shun era un adolescente perdido que quería encontrar su camino. Camino que encontró gracias a una famosa serie de televisión: Los caballeros del zodiáco. Cuando Shun, Manolo por aquel entonces, vio por primera vez al caballero de Andrómeda supo inmediatamente que ése era su futuro. En seguida fue al registro del DNI y se cambió el nombre por el de Shun, que era como se llamaba el personaje en la serie.
No sabía explicar si lo que le atraía del personaje de Andrómeda era su aspecto andrógeno y delicado, o más bien la relación enfermiza que mantenía con su hermano, el caballero Fénix. Lo cierto es que desde el día en que descubrió a Andrómeda una obsesión se apoderó del hijo menor de la familia Rufianes. Quería parecerse lo más posible al caballero.
Shun estudió al detalle la anatomía de Andrómeda. Primero comenzó a dejarse a crecer el cabello, luego se lo tiño de verde. Pero no era suficiente. La solución le llego más adelante, cuando la ciencia estaba más avanzada y llegó a España un progama que causaba sensación en el resto del mundo: Cambio radical. Shun no podía dejar pasar esa oportunidad que tenía entre sus manos y enseguida llamó por teléfono. Entre los cirujanos del programa había uno especializado en parecidos con famosos y aceptó llevar su caso. Liposupción para dar un aspecto más estilizado, aumento del tamaño de los ojos, ortodoncia, rinoplastia... cuando se vio en el espejo, Shun fue a echarse a manos de su ídolo. Y se estampó, era su propio reflejo. El programa esa noche fue el más visto de la temporada.
Al contrario que el resto de consursantes, quienes sufren un cuadro agudo de no-reconocimiento, Shun vive feliz con su nueva imagen. Ahora espera algún día encontrar a su hermano Fénix, a quien profesa una amor más que fraternal. Mientras tanto en esa búsqueda va picoteando de flor en flor. Sin encontrar aún la flor que nace de las cenizas.

RUFINO, TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR

Rufino era un hombre guapo y fuerte que volvía loco a las mujeres. Su sonrisa de dientes perfectos y su galantería le servían para ganarse los favores -de todo tipo- que se le antojara en el momento.

El dinero tampoco le faltaba. Rufino había heredado una gran fortuna de sus padres que dilapidó en fiestas de lujo como las de Ronaldo, en las que el alcohol y otro tipo de sustanacias no faltaban. Así, el dinero no le duró toda la vida como él creía.

Una mañana se despertó y vio que un su cartera ya no había billetes a montones de diez mil pesetas -de esos que ya no existen-, ni siquiera una simple moneda de cien pesetas con la que comprarse un bocadillo. Rufino se tuvo que poner a trabajar. Pero debido a sus brillante y extenso currículum no lo querían en ningún sitio.

De taparse con sábanas de hilo de oruga extra pasó a protegerse del frío con sábanas del mercadillo con un extra de agujeros y manchas de origen desconocido que no salían al lavarlas. No le quedó otro remedio que meterse como conejillo de indias para unos fármacos coreanos de preinscripción médica. Rufino entonces podía volver a permitirse pequeños lujos.

Pero como fruto de ese flirteo médico, su cerebro se empequeñeció hasta llegar al tamaño de una lenteja, sumado a una cada vez mayor regresión física. Su diagnóstico: amnesia intermitente degenerativa.

La suerte, o la desgracia, se cruzó en su vida bajo con el nombre de Conchi. La conoció cuando aún tenía buen porte aunque ya le flaqueaba la memoria. Presa de un gran instinto maternal que nadie quería saciar, Conchi se aprovechó de la fertilidad olvidadiza de Rufino para engendrar tres pequeños retoños. Ahora Rufino vive rodeado de personas a las que apenas alcanza a reconocer pero que le hacen la vida un poco más fácil. O no.

CONCHI, LA CABEZA DE FAMILIA.

Después de trabajar doce horas al día para ganarse el sustento de su familia, Conchi terminó desquiciada. Según ella había hablado ya con toda España. Quería pasar más tiempo con su familia así que probó diferentes trabajos que no le duraron mucho tiempo. El de ella era el único sueldo que entraba en la familia y no se podía permitir ser otra ama de casa al uso. Después del telemarketing, probó fortuna como pescadera, como dependienta en una tienda de zapatos de imitación -de donde fue despedida por su avanzada edad y su aspecto descuidado, siendo suplida por una ecuatoriana de curvas voluptuosas- y terminó fregando los pasillos de una famosa cadena de televisión.
Conchi se consolaba entonces pensando que al menos limpiaba la porquería de personajes muy admirables para ella como pueden ser Marujita Díaz, Tamara alias Ámbar alias Mar, o de los cienes y cienes de grandes hermanos. Pero un día la suerte le sonrío. Entre fregonas y cubos de agua, escalera arriba y escalera abajo, escuchó como en uno de los despachos de un productor importante allí en la tele se hablaba de un nuevo programa que se estaba cociendo. Para ello sólo necesitaban encontrar a una familia de baja escala social y mucha incultura, que estuvieran dispuestos a salir 24 horas por televisión.
A Conchi enseguida le pareció que la oferta estaba echa para ella y su familia. Sin pensárselo dos veces, entro en el despacho de aquel productor y les habló un poco de ella y de su familia. El productor tampoco se lo pensó dos veces. Conchi era perfecta: descuidada, con baja autoestima, dispuesta a todo por un cambio, y si lo que contaba de su familia era cierto, el show estaba listo. Después del visto bueno del productor, la mujer de la limpieza firmó un contrato vinculante de por vida sin leer la letra pequeña. Ese mismo se mudaron a una nueva casa en la que nunca faltaba comida, con un cuarto para cada uno, incluso tenían despensa y en el baño tenían una bañera de hidromasaje, lo que a Conchi le parecía lo más de lo más.
La única pega es que había cámaras de televisión las 24 horas del día y que los productores pondrían a ella y a su familia constantemente a prueba. El espectáculo había comenzado.