Tras bajarse del taxi que les transportó desde el aeropuerto, la familia Rufianes se quedó maravillada contemplando el paisaje con el que se levantarían cada mañana en estos días de vacaciones. Iba a ser algo impresionante poder contemplar todas las mañanas los Alpes a sus pies y los buitres sobrevolando la zona.
Pero mejor aún que despertarse cada mañana con aquellas fabulosas vistas, iba a ser poder disfrutar de aquella magnífica casa de diseño con todo tipo de lujos y equipos de última generación. Sólo había un pequeño pero: la casa desprendía cierto mal olor, peor que el de un baño público en hora punta.
Todavía con el jet lag, la familia Rufianes no tuvo más remedio que ponerse a buscar de dónde procedía aquel insoportable aroma que les provocaba náuseas. Y buscando y buscando, Rufino encontró ciertas intimidades de los dueños de la casa. ¿Serían aquellos "juguetes" los causantes de tan mal olor? CONTINUARÁ...
3 comentarios:
No me falló el instinto ;-)
Saludos.
Vaya, si es que no les sale una a derechas a estos rufianes..¡Mejor! xDDDDDDD
Si bastaba con un poco de jabón...
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