Finalmente están los madrileños. Si tuviera que salvar de la quema alguna de las tres categorías expuestas sin duda sería esta. Vienen a LT, igual que todos los demás, como si fueran los señoritos de Los Santos Inocentes que van a la dehesa, pero por lo menos reconocen que LT no es el sitio que ellos dejaron y ha evolucionado (cosa que es de agradecerles infinitamente). Creo que esto se debe a que son los que más cerca están de LT por lo que prodigan más sus visitas (si bien éstas son de menor duración que las de los anteriores), lo que les permite conocer mejor el contexto del pueblo. Son los más integrados en su medio. Madrid está formada por gente de fuera y por lo tanto tiende más a acoger al forastero. Tienen la chulería propia del “gato” y en parte por eso se les perdona más la impertinencia. Tienen también la ventaja respecto a los demás tipos en que son los únicos que no sufren de localismo paleto y eso les evita las inconveniencias de un lenguaje ajeno, aunque la mayoría de ellos habla de manera más castiza que un topicazo de zarzuela. Sus hijos se llaman bien como los padres, abuelos, tíos...; bien con un nombre anglosajón para darse aires de moderno; bien con un híbrido entre los dos anteriores que genera abortos del palo “Kevin Francisco” o “Manuel Johnatan”. Dicha prole es la que puebla en fines de semana las macro discotecas de los polígonos industriales. A modo de conclusión con respecto a esta tipología, me reiterare en que, dentro de la plaga que suponen los emigrantes-veraneantes, es el tipo menos infame. Y con ello termino la tipología del emigrante en LT (joder, dicho así parece un trabajo de sociología serio y todo).
Puesto que al principio de esto cite a Larra y su artículo de Los Calaveras, acabaré estas líneas citando un fragmento del mismo (con lo que además pretendo dármelas de inteligente, sofisticado e instruido en plan charnego): “el calavera debe tener lo que se llama en el mundo poca aprensión. No se interprete esto tampoco en mal sentido. Todo lo contrario. Esta poca aprensión es aquella indiferencia filosófica con que considera el que dirán el que no hace más que cosas naturales, el que no hace cosas vergonzosas. Se reduce en arrostrar en todas nuestras acciones la publicidad, a vivir ante los otros, más para ellos que para uno mismo. El calavera es un hombre público cuyos actos pasan todos por el tamiz de la opinión, saliendo de él más deputados. Es un espectáculo cuyo telón esta siempre descorrido; quítensele los espectadores, y adiós teatro. Sabido es que con mucha aprensión no hay teatro”. Cambia, querido lector, la palabra calavera por la de emigrante y entenderás el mecanismo de estos últimos en LT, por qué son la estupidez destilada en su esencia más pura y el porque se los quiere tanto.
Puesto que al principio de esto cite a Larra y su artículo de Los Calaveras, acabaré estas líneas citando un fragmento del mismo (con lo que además pretendo dármelas de inteligente, sofisticado e instruido en plan charnego): “el calavera debe tener lo que se llama en el mundo poca aprensión. No se interprete esto tampoco en mal sentido. Todo lo contrario. Esta poca aprensión es aquella indiferencia filosófica con que considera el que dirán el que no hace más que cosas naturales, el que no hace cosas vergonzosas. Se reduce en arrostrar en todas nuestras acciones la publicidad, a vivir ante los otros, más para ellos que para uno mismo. El calavera es un hombre público cuyos actos pasan todos por el tamiz de la opinión, saliendo de él más deputados. Es un espectáculo cuyo telón esta siempre descorrido; quítensele los espectadores, y adiós teatro. Sabido es que con mucha aprensión no hay teatro”. Cambia, querido lector, la palabra calavera por la de emigrante y entenderás el mecanismo de estos últimos en LT, por qué son la estupidez destilada en su esencia más pura y el porque se los quiere tanto.
3 comentarios:
Si ya nuestro becario se suele pasar con la chapa que suelta, esta vez casi escribe una Biblia... Las opiniones que vierte en sus crónicas son sólo de él, es decir, los productores del blo no compartimos su sociopatía extrema jejej -son bromas- aunque nos encanta su lengua viperina a la hora de escribir... ¡No saben las teles basuras al tertuliano que se han perdido!
Puesto que el verano ya se acaba y nuevamente la vida sigue su curso, con sus obligaciones y demás, no sabemos si nuestro becario tendrá tiempo para escribir en el blog hasta el próximo verano -a lo mejor nos sorprende con crónicas esporádicas cuando pueda- así que desde aquí ya que no le pagamos, al menos, le damos las gracias públicamente.
P.D La botella de ron miel sigue reservada...
Yo kiero de ese ron miel.... Este finde mínimo unas cañitas, no???
bsos!!!
El por qué se les quiere tanto??? Si si, ya veo que rezumas cariño por todos los poros. Bueno, con estos últimos has sido más benevolente, también es verdad, por qué será... Sospecho que tenga que ver con que pases a engrosar el paquete, no??? jajajajaja.
Becario, no te marches nunca. Aunque estos miserables no te den un puto duro (léase euro) algo tendrán que buenos les hará jeje. Como decía Libertad Lamarque:
"Andate, no más, andate.
No creas que me haces daño.
Llevo el corazón deshecho
desde el primer desengaño.
No pienso llorar, andate.
Andate, será mejor...
No, no te vayas, quedate,
que me hace falta tu amor"
Ahí queda eso ;-)
PD.- Qué rico el ron miel... vaya jartá de chupitos que me pego.
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