viernes, 15 de agosto de 2008

EMIGRANTES


Hoy, a diferencia del sentido que le he estado dando a mi corresponsalía hasta ahora, no me centraré en contar la historia grotesca de algún tipejo de LT. En lugar de eso hoy voy a hacer una tipología humana. Algo así como el artículo de Los Calaveras de Larra, aunque evidentemente sin su clase y genialidad con el lenguaje, las descripciones, el humor negro, el desencanto existencial... Y es que es verano, y con él han llegado las moscas, el sudor mañanero en la almohada, los calentones ante tanta moza descotada y, a LT, los inevitables emigrantes. Gentecilla infame que vuelve todos los veranos para descanso de las ciudades (¡Lo bien que se tiene que estar ahora en Barcelona sin semejante chusma!).
Los emigrantes deben su existencia al despegue económico del país en los años sesenta y la consiguiente demanda de mano de obra sin cualificar por parte de los núcleos industriales (cosas de la tecnocracia dominante de la época). Ello llevó a que el porcentaje más desfavorecido de las regiones más pobres del país buscasen el sueño de hacerse fijos en una empresa como peones industriales, o lo que es lo mismo, un éxodo rural con lo mejor de cada casa (¿Para qué poner una máquina si tengo cuatro analfabetos que me hacen el trabajo, me salen más baratos y son más fáciles de reemplazar?). LT, como no podía ser de otra manera, está situada en el culo del país (y a este paso lo seguirá estando siempre) y contribuyó a este fenómeno con unas cuantas decenas de personas que rozaban la animalidad. Desde entonces y cada año, el verano es un infierno (especialmente la segunda quincena de Julio y la primera de Agosto) porque vuelven para deleitarnos con la increíble majestad de sus personas durante sus vacaciones.
Aunque existen diversos tipos, que pormenorizaré más adelante, los emigrantes tienen una serie de características comunes. En primer lugar es gente desarraigada completamente. De aquí se marcharon sin dejar nada ni nadie por lo que recordarlos y a donde fueron no los aceptaron por su condición de animales de carga. Son personas que no han llegado a nada en la vida pero que la bonanza económica y ser plantilla en sus trabajos les ha permitido acceder a unos mínimos bienes de consumo, por lo que vienen dando codazos, presumiendo de una riqueza y un nivel sociocultural que ellos creen no existe en LT (aunque la cosa no sea para tirar cohetes LT no es el sitio que ellos dejaron y ha evolucionado, en muchos casos bastante más que los emigrantes en sí). Otra característica es que, podríamos decirlo así, los emigrantes son los padres de las chonis, los tuneros, los reponedores, las cajeras de supermercado y todo el extrarradio patrio (en el País Vasco lo son de los borrokas, como coño se escriba, y como ejemplo de esto resulta ilustrativa la detención de sujetos pertenecientes a la lucha armada independentista con apellidos tan vascos como García, Gutiérrez...). Enlazándolo con esto último decir de ellos que son más papistas que el Papa. Me explico, la mayoría de ellos ha abrazado incondicionalmente el localismo radical de su tierra de acogida y ahora son más fundamentalistas que ninguno. Reclaman la independencia territorial aunque, si no se hubiesen marchado de aquí, serían paletos de los de “A los catalanes ni una gota de agua y que les den por el culo”. Por último, es gente que, pese a su propia idiosincrasia, rechaza firmemente la recepción de inmigrantes y a éstos los desprecia, odia y teme, circunstancia que define su talla humana. Lo peor es que educan a sus hijos para ser como ellos y en la idea de que LT es como cuando sus padres se marcharon. En algunos casos ya llevamos tres generaciones de cretinos de la misma familia viniendo cada Agosto.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Aiss madre... la semblanza no podía ser mejor, desde luego, pero no sé yo si después de esto podrás salir a la calle sin guardaespaldas. Deberías plantearte un encierro preventivo o bien, "emigrar" directamente, aunque esto último ya sé que está entre tus planes jajajaja.
Un saludo ;-)