LA CEREMONIA

Tic, tac, tic, tac. El reloj de la Leti y el Príncipe marcó la hora señalada para el comienzo del acto: la familia Rufianes iba a ser reconocida por su buena puesta en práctica de las medidas preventivas para la gripe A.

En la ceremonia no hubo besos ni apretones de mano. La familia Rufianes, ataviada con sus mejores galas, se limitaba a escuchar las palabras que salían de la boca del alcalde Alberto Ruiz Gallardón, quien les elogiaba por su buen ejemplo. Mientras, el acto era retransmitido en todas las televisiones de infectados y no infectados por la gripe A.

En el cocktail posterior, Shun se acercó al cámara para asegurarse de que le había grabado siempre su mejor perfil. Ya aprovechando la coyuntura, quedaron en verse una vez que pasara la pandemia de gripe. Shun no podía rechazar una cita de nadie que tuviera semejante pelazo tan bien cuidado. Aunque luchara contra ello, un cabello sano siempre fue su debilidad.

Pasadas unas horas, Conchi comenzó a sentirse borracha y pidió a sus hijos que la acompañaran a casa, quienes a disgusto accedieron. Esa noche, después de un día tan especial, Rufino les había preparado una cena de cinco estrellas. CONTINUARA...

P.D. Estamos de suerte. Hemos escalado hasta el puesto 7 de Bitácoras gracias a sus votos, lo cual agradecemos muchisísimo. Y esperamos que la racha continúe hasta subir a los tres primeros puestos para llegar a manos del Jueves, que es realmente nuestro propósito. Deseamos seguir contando con su apoyo. Cualquiera de nuestros lectores nos puede votar -participen o no en el concurso; tengan o no un blog-. Si tienen algo de tiempo y les apetece hacerlo en la categoría de humor, sólo tienen que entrar en el enlace de la derecha del blog y seguir las fáciles instrucciones. Muchas gracias de antemano. Como saben, la familia Rufianes lo agradecerá en condiciones.