En Cuaresmas pasadas Conchi era la encargada de que su familia cumpliera a rajatabla las tradiciones que a ella le habían inculcado desde pequeña. La ama de casa se preocupaba de que su familia acudiera a las procesiones para honrar al hijo del Señor que entregó su vida por nosotros, de que hiciera alguna pequeña obra caritativa, de que no se comiera carne los viernes antes de Semana Santa… Pero ahora Conchi no está para guiar a su rebaño.
Es por eso, que Vanexa, acostumbrada a que su madre estuviera detrás para recordarle las doctrinas que la Iglesia mandaba en estos días de celebración religiosa, no ha seguido la tradición como en años anteriores. En concreto, este viernes se saltó la norma de no comer carne y se comió un gran filete de ternera. Pero no fue eso lo más grave, horas más tarde probaba varios tipos de carne humana en un intento de sacarse de la cabeza la próxima boda de su ¿amado? Jemy.
Como consecuencia del pecado cometido, esa misma noche un ángel que quitaba el hipo se le apareció en sueños. Había sido enviado sólo para recordarle a la hija de los Rufianes que había obrado mal y que en un futuro se cuidara de no cometer las mismas faltas. Ella lo escuchaba, pero en su interior no podía reprimir las ganas de querer tirarse a aquella criatura celestial. Y lo intentó, sin saber que aquel acto desataría la ira del enviado. La penitencia iba a ser mucho más dura.
La mañana siguiente Vanexa se despertó y recordó el sueño, creyendo que sólo había sido eso. Pero se sentía rara. Cuando se miró en el espejo casi se desmaya. El ángel, como le dijo, había hecho desaparecer el órgano de su cuerpo que más placer le había producido en la vida. Para volver a recuperarlo tenía que pagar la penitencia de no practicar en cuarenta días ningún tipo de acto sexual, pues de lo contrario el castigo cada vez sería más grave. Además, a lo largo del castigo iba a ser varias veces tentadas.
Resignada, Vanexa ahora cumplirá la pena, pero sigue pensando que la culpa no fue de ella, sino de quien envío a un ángel tan apuesto para advertirla.
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