EL MATRIMONIO DE LORENZO "BURRO"

Paseaba hace un rato por LT cuando, en la Puerta de la Fragua (centro neurálgico, mentidero y plaza del ayuntamiento de LT), Lorenzo “Burro” de los “Pierres” ha soltado la siguiente perla gastronómica: “¡Me cago en Dios, pues sabes que la Pantoja es una hembra potente!” La frase me ha llamado la atención (aparte de por la gratuidad de la blasfemia) por una sencilla razón, puestos a fantasear, lo razonable es hacerlo con lo que uno desea y no con lo que uno se conforma. Algo así como que una cosa es con lo que uno copularía si pudiese y otra con lo que en realidad lo hace. Al final he seguido camino sin siquiera mirar al grupo de donde saliera la frase. Y es que he de mantenerme fiel a mi fama de sociópata que no saluda a nadie.

Ahora mismo, horas después de lo narrado, estando en la cocina con mi cuaderno, mi pequeño estuche verde y un vaso de té (en efecto, soy tan gilipollas y tan pretencioso de beber té mientras escribo, más gilipollas si se tiene en cuenta lo bien que combina el té caliente con los calores de Agosto) he decidido contar la historia del matrimonio de Lorenzo “Burro”. El tema tiene sordidez, truculencia y sexo en cantidad suficiente como para estar relacionado con la frase de la Pantoja (no en vano tanto frase como matrimonio fueron perpetrados por el mismo sujeto) y a la vez interesar a tu mente depravada de voyeur, querido lector.

Antes de nada, lo propio es dedicar unas líneas describiendo a Lorenzo “Burro” para definir a nuestro protagonista antes de entrar en materia con lo del matrimonio. Lorenzo “Burro” es un solterón, que no un soltero de oro. Es un tipo al que le cuesta lo inenarrable leer y escribir. Es alguien que lleva bigote en su minúscula cabeza sobre un cuerpo que roza la obesidad después de cerca de medio siglo de comer mal. Lorenzo “Burro” es alguien que se pone traje y corbata y le sienta igual que un chándal (en ambos casos mal). Es alguien que consume prostitutas (¡pobres santas!). Es un gasterópodo que siembra marihuana y se narcotiza, al igual que un adolescente, con un solo porro. Es un personaje que te encuentras en un bar a las tantas de la mañana de una fiesta de pueblo rodeado de quinceañeros y completamente fuera de lugar. Es alguien que lo máximo que puede poner en un currículum vitae es su condición de animal vertebrado. Es, en definitiva, un solterón de LT (raza aparte).
Y es que hace unos años, cerca ya de la década Lorenzo “Burro” sorprendió a LT con la noticia de que tenía novia. Todo un bombazo informativo si consideramos que el sujeto por entonces rondaba los cincuenta años y que el único contacto que había mantenido con mujeres había sido por medio de pago. La cosa sorprendía porque Lorenzo “Burro” es como es y su forma de ser repele a cualquier mujer. Más tarde, LT empezó a conocer detalles de la novia. Ésta resultó ser marroquí de nacimiento y trabajadora del club de carretera “Las Encinas” (sito a unos treinta y cinco kilómetros al sur de LT). Tanto Lorenzo “Burro” como su familia intentaron disimular el oficio de la novia diciendo que venía de una buena familia, que si era hija de un coronel del ejército marroquí, etc... Resulta curioso este hecho porque se repite bastante en LT. Aquel que se trae al pueblo una del gremio la reviste de oropeles. Por ejemplo David “Cuchipi” ahora está casado con una rusa que en tiempos ejerciera por Portugal y el tío no se cansa de decir que su mujer tiene dos titulaciones universitarias. Volviendo a nuestro protagonista decir que, mientras duró el noviazgo, “la mora del Burro” (LT bautizó así a la señora) no descuidó su carrera profesional. Todavía hoy muchos de LT se ufanan de haber consumido los servicios de “la mora del Burro” en aquellos tiempos y, prácticamente, en las narices del novio.

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