domingo, 20 de julio de 2008

CIPRIANO "CHEPE" I


Comienzo mi corresponsalía a modo de sección de sucesos-necrológica, y es que Cipriano “Chepe”, ha muerto. No es que la muerte de un anciano por causas naturales sea algo de por sí notorio, es más, a la gente de Little Throw (en adelante LT) no le importó, ni le importa, una mierda la vida o muerte de Cipriano “Chepe” (algunos de su familia quizá incluso se alegren del acontecimiento pensando en bienes heredables sobre los que abalanzarse como putas famélicas). Pero aun así me gustaría dedicar unos minutos al recuerdo de Cipriano “Chepe”.
Cuando alguien muere la gente suele realizarle una felación póstuma magnificándolo como ser humano. Siempre he odiado esa costumbre porque, como dice mi padre, “un hijoputa es un hijoputa por muy temprano que amanezca”. Cipriano “Chepe” lo era. Y lo era desde nacimiento, desde que lo parieron allá cuando tuvo a bien nacer dentro del clan de los “Chepes” (la pertenencia familiar marca mucho en el ambiente rural y endogámico de LT). Los “Chepes” siempre fueron seres ruines, abyectos, despreciables y Cipriano “Chepe” fue fiel a los genes hasta alcanzar el ridículo.
Cipriano “Chepe” nació, creció y esas cosas que suele hacer la parroquia. Cuando se casó (con Catalina de los “Tinajos”) saco su vena. A los pocos años el matrimonio era un infierno. Él empezó a ver cuernos por todas partes y se convirtió en un torturador psicológico con perlas como guardar las colillas de los cigarros para arrojarlos a la puerta de casa y pregonar que eran del querido de su mujer. Tanto daría de sí la situación que llegaron a separarse en un par de ocasiones, cosa que si ahora es cotidiana, en LT y en posguerra era algo extraordinario y “toli-toli” (en LT llaman así a la información sobre la que verdulear) en toda la comarca. Él, como buen infame, se pasaba entonces temporadas e incluso años de desenfreno tras los que volvía más o menos dócil a casa para volver a empezar. Al final tuvieron un hijo. La pobre criatura les duró unos días y se murió de hambre ya que (según los mentideros de LT) la madre se había quedado seca a base de disgustos (otros más osados-exagerados dijeron que en lugar de no dar leche la daba agria y por eso el niño no la bebía). Al final quedó para el recuerdo colectivo de LT la carita de la criatura, arañada por sí mismo (cosas del hambre), el día en que lo enterraron. Tras esto el matrimonio siguió con su ritmo truculento y sórdido, hasta que ella se murió, momento en que Cipriano “Chepe” se desfasó por completo.
Continuará...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues anda que empezamos bien jeje.
Me encantó eso de la "felación póstuma". Un hijoputa es un hijoputa, pero oye, una felación siempre es una felación, aunque sea después de muerto. Otra cosita es jajajajaja.
Primer capítulo, y ya con dos muertes a sus espaldas. Con razón se ve tan diezmada la población de LT. Miedito me da lo que pudo pasar después, qué yuyu!!! Estoy en ascuas.
Saludos ;-)

Anónimo dijo...

Me gusta el estilo. El lenguaje sórdido de un cronista conservado en absenta es impactante...

Has conseguido que visite el blog, cosa que en mí no es casual.