ORGULLO Y PREJUICIO

Después de una gran discusión sobre si mostrar o no las fotos que nos habían llegado a la redacción, hemos decidido enseñárselas: Shun en plena fiesta del orgullo subido a una de las carrozas del desfile y rodeado de chulazos, confetíes, colorines, música… ¡en su salsa!
El motivo del retraso al colgarlas era que no queríamos herir la sensibilidad de Conchi, quien aún confía en que su hijo algún día se case con una buena chica y ella pueda presumir de nuera perfecta ante sus vecinas. Como su madre que es, atribuye el “extraño” modo de actuar de Shun a que es diferente al resto y tiene una sensibilidad innata que no tiene ningún otro, como su ídolo Andrómeda. Y no hay quien le lleve la contraria.
No sabemos cómo justificará el comportamiento de su hijo cuando vea esta foto pero a nosotros lo único que nos importa es la audiencia y el morbo barato, así que como hemos hecho otras veces, copiándonos del libro de estilo de Telecinco y sus programas –líderes en share-, hemos optado finalmente por colgarla. Si no, que el chico sea más discreto la próxima vez en sus apariciones mediáticas y con los trapos que sale a la calle, ya que tratándose de un personaje público no tiene derecho a vida privada ni a intimidad. Somos los demás quienes tenemos derecho a conocer todos los detalles de su vida, desde los más escabrosos hasta los más nimios. Si sabemos cada movimiento de Paquirrín… ¡Cómo vamos a negar a los espectadores lo que hace Shun! Y, además, a él le gusta.
Y que dé gracias a que no enseñamos el resto de imágenes del final de la noche; del estado en que se encontraba y con quien se fue. Más que nada porque nos interesa tener a esa persona contenta. Intereses, ya se sabe…